Dicen que todo se puede curar con un beso. ¿Será verdad? A las puertas de Halloween no se me ocurre otra que hacer unos merengues dedicados a mi pequeña chef, que le encanta la fresa. ¡Cursis, ligeros y deliciosos!
Hay mil y una opciones para estos mini-merengues: los podemos mojar en chocolate, mezclarlos con frutos secos antes de hornear, añadir una cucharadita de café fuerte para darles color y sabor,… Yo os propongo la versión al natural y la del rosa total. ¿Cuál escogéis vosotros?