Ya os hablé en mi anterior post sobre el pastel de cumpleaños de mi hermanito y cómo hice ese mejor bizcocho del mundo.
La crema de relleno es fruto de un experimento: mezclar mantequilla con crema pastelera casera. Estoy bastante contenta con el resultado pues conseguimos un relleno bastante ligero pero a la vez resistente a los cambios de temperatura y al peso de los adornos.
En cuanto a la decoración, estaba tan emocionada con la pasta de modelar y los colores que, si de mi hubiera dependido, le hubiese llenado todo el pastel de florecillas de azúcar. Pero me frenaron. Alguien tenía que poner sentido común…