Hoy vamos a preparar una receta apta tanto para intolerantes
a la lactosa como para celíacos. Este bizcocho es extraordinariamente jugoso y
húmedo. El aroma que desprende lo hace peligrosamente adictivo y, para los más
atrevidos, podéis jugar con las proporciones de harinas de almendra y pistacho
agregando más de una o de otra (pero siempre respetando la cantidad total de la
suma de las dos).
Sin dudarlo, lo he añadido a mi lista de favoritos. Me
quedará probarlo con un buen glaseado de chocolate… ¿mejor blanco o negro?