Cuando empecé a hacer repostería, la receta de magdalenas me
obsesionaba. Era una especie de dulce fetiche y, aunque no es algo precisamente
difícil, estuve tiempo hasta encontrar una que, al pegarle el primer bocado, me
recordase las meriendas de mi infancia. De esto hace ya muchos años.
Brutal es lo que mejor define esta tarta. Es
extraordinariamente jugosa, suave al paladar y peligrosamente adictiva. Me
encanta por su sabor pero también porque es apta para las dietas sin gluten y
se conserva muy bien en nevera varios días sin perder ni un ápice de frescura.
La crema agria cuesta un poco de encontrar en algunos
supermercados pero se puede substituir por yogur natural sin azúcar.
Hoy llega el turno de un postre típico de Terrassa , el Dákar. Se trata de un pastelito individual en forma semiesférica, de bizcocho natural y trufa, cubierto de fideos de chocolate y coronado con una cereza en almíbar.
En mi casa son melindros (aunque los pronunciamos “melindrus” con el morrito en forma de beso) y para muchos otros son bizcochos de soletilla. Llamadlos cómo queráis pero hacedme caso y no dejéis escapar esta receta.
Estos bizcochitos alargados y esponjosos son la compañía
ideal para un chocolate caliente o un buen café. ¡Y mejor todavía si los
“migáis”!
Una receta que podéis preparar con sólo 3 ingredientes o 4
si le queréis añadir canela o vainilla, se hace en un momentito y casi tardar
en enfriarse el tiempo justo de prepararnos esa taza de café.
¿Celebramos el Día Mundial de las Almendras con estas garrapiñadas? Cada bocado me trae recuerdos de feria y de celebraciones al aire libre. Ahora se encuentran muchísimo en paradas de fiestas medievales, donde podemos descubrir gran variedad de frutos secos garrapiñados, incluso semillas.
Al fin y al cabo, el garrapiñado consiste en “rebozar” en
azúcar y caramelizar un “producto” hasta conseguir una textura crujiente y
deliciosa. Nos podemos inventar cualquier combinación y seguro que no vamos mal
encaminadas.
De masas de pizza hay tal variedad que daría para escribir
una enciclopedia (o varias). Si la hacemos en casa, lo mejor es encontrar una
receta que nos vaya bien, que se adapte a nuestros gustos y no nos complique la
vida.
Con ésta que preparamos hoy conseguimos una textura tipo pan
y es súper rápida de hacer, aunque requiera de un primer leudado de 1h a 2h (según
temperatura de la cocina) no hará falta estar demasiado pendiente y queda muy
esponjosa.
¿Hace una pizza y una peli esta noche?
Esta receta de crepes no es solo fácil sino también rapidísima. Parte de la harina se ha substituido por cacao y harina de avena lo que le confiere un sabor único y un aspecto diferente a la tradicional crepe, quizás menos crujiente pero más sabrosa. Esta versión tiene poco azúcar pero aun así, la podéis substituir por otro edulcorante sin problema (o directamente prescindir).
El más clásico entre los clásicos, el que (casi) todos y
todas amamos por encima de todos los pasteles del mundo, el más reversionado y,
des de luego, el más deseado. El pastel de chocolate es el top ten de los
pasteles, no me lo podéis negar.
El 27 de enero se celebró el Día Mundial del Pastel de
Chocolate y os debía esta receta. No es novedosa, no es original pero des de
luego no ha durado ni media mañana en la nevera porque si es irresistible y
deliciosa.
Caracolas, rolls, rollitos… Mil y un nombre, mil y un sabores. De textura hojaldrada, crujiente, húmeda o delicada. Incluso los hay salados y extremadamente dulces. Para todos los gustos. Y hoy, en @muffin_galaxy hacemos unas caracolas de turrón para aprovechar esas tabletas de turrón de jijona arrinconadas en el armario.
Hoy vamos a preparar una receta apta tanto para intolerantes
a la lactosa como para celíacos. Este bizcocho es extraordinariamente jugoso y
húmedo. El aroma que desprende lo hace peligrosamente adictivo y, para los más
atrevidos, podéis jugar con las proporciones de harinas de almendra y pistacho
agregando más de una o de otra (pero siempre respetando la cantidad total de la
suma de las dos).
Sin dudarlo, lo he añadido a mi lista de favoritos. Me
quedará probarlo con un buen glaseado de chocolate… ¿mejor blanco o negro?
